Al otro lado del cristal

Al otro lado del cristal

Una mañana sin señales,
sin buscar, sin esperar,
el destino entre andenes
me enseñó a recordar.

Tres paradas, tres latidos,
el reloj sin avisar
y en el ruido del camino
te volví a encontrar.

Tu silueta en la ventana,
como un sueño sin final.
Mi pasado y mi presente
chocando sin hablar.

El tren empezó a moverse,
tu mirada fue a caer,
justo en la mía tan de frente,
como si no hubiera ayer.

Treinta años, un segundo
y el mundo dejó de girar.

[Coro]
Al otro lado del cristal,
me miraste sin pensar
como si el tiempo y el azar
quisieran vernos respirar.

No eras mi tipo ni yo el tuyo,
pero eras todo lo que soñé.
Eres mi amor imposible,
mi principio y mi porqué.

Mi corazón se congeló,
mientras Madrid iba a mil,
y aunque el tren ya se alejaba,
yo me quedé allí,
en tus ojos de entonces,
en mi voz sin decir,
en el ojalá que guardaba,
en lo que nunca aprendí.

No tengo promesas,
ni un castillo que ofrecer,
pero tengo esta historia
que no deja de doler.

Eres mi herida bonita,
mi tormenta de miel,
mi sonrisa escondida,
mi imposible también.

[Coro]
Al otro lado del cristal,
me miraste sin pensar
como si el tiempo y el azar
quisieran vernos respirar.

No eras mi tipo ni yo el tuyo,
pero eras todo lo que soñé.
Eres mi amor imposible,
mi principio y mi porqué.

Y un año después
aquí estoy susurrándole a tu voz.
Fue solo un instante,
un suspiro fugaz
pero se quedó grabado
como un fuego que no se va.

Y aunque no pueda tenerte,
aunque no pueda tocar,
mi corazón aún recuerda
tu mirada al pasar.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Privacidad