Se acabó, sin decirnos adiós.
Me quedé aquí, solo en esta habitación,
escribiendo esta triste canción.
Recordando todo, tú… mi gran ilusión.
Nueve años de amor
no se borran fácilmente
poco a poco destruyen mi mente.
No hay otro calor que me aporte tu valor.
Aquel verano tuve tu risa en mi pecho,
me faltó tu luz, siempre en silencio.
Creía que ese amor sería siempre eterno
mientras tú te fijabas en otro en secreto.
Aquella mañana leía tu carta,
lloraba y lloraba, sangraba mi calma,
a sentirte viva decías que jugabas
mientras a mí… a mí me apagabas.
[Coro]
No sé olvidarte no sé soltar,
aunque la vida me grite que hay que avanzar.
Fuiste la historia que hoy no sé cerrar,
eres mi último verso, eres mi hogar.
Y aunque duela verte en otros brazos,
aunque el tiempo me arrastre
lento y despacio,
siempre serás la herida que no quise curar…
porque amar fue dejarte volar.
Desde ese cinco de septiembre
ya no sería el de siempre, todo cambiaría.
Me fui sin saber que ya no volvería a rozar tu piel.
Tú elegías otros besos,
yo abrazaba el silencio,
añoraba tu cuerpo, tu risa, tu pelo.
Verte solo un instante, menudo cobarde…
Te echaba tanto de menos
mientras tú… tu ya alzabas tu vuelo.
Aún pienso tu historia como un idiota,
esperando un amor que ahora ya no me toca.
Aunque sé que él es quien te tiene ahora,
a mí solo me queda tu historia que llora.
[Coro]
No sé olvidarte, no sé soltar,
aunque la vida me grite que hay que avanzar.
Fuiste la historia que hoy no sé cerrar,
eres mi último verso, eres mi hogar.
Y aunque duela verte en otros brazos,
aunque el tiempo me arrastre
tan lento y despacio,
siempre serás la herida que no quise curar
porque amarte fue dejarte volar.
A veces me pregunto si piensas en mí,
si en tus noches de frío aún recuerdas Madrid.
Si hoy tu risa se mezcla con mis inviernos.
Si aún soy un eco en tus recuerdos eternos.
No sé olvidarte, no sé soltar,
aunque tu mundo no me quiera abrazar.
Fuiste mi historia, mi única verdad,
eres mi razón, mi otra mitad.
Y aunque duela verte en otros brazos,
aunque el tiempo me arrastre
tan lento y despacio,
siempre serás la herida que no quise curar.
Te amaré en silencio hasta el final
porque siempre fuiste mi otra mitad.
Y aunque no vuelvas jamás
siempre te amaré desde este mismo lugar
porque tú siempre fuiste
mi hogar, mi razón, mi mitad…
…Ese bonito recuerdo
que me impide volar.
